“Que el alimento sea tu medicina y la medicina sea tu alimento”. Hace miles de años, Hipócrates, un médico griego, afirmaba que el alimento era la mejor y más poderosa medicina, y que el origen de las enfermedades se encontraba en una mala alimentación. Hoy hemos comprobado que la mayoría de las enfermedades comienzan a partir de una nutrición ineficiente, muchas veces caracterizada por un consumo elevado de energía o calorías acompañado de una gran escasez de nutrientes. En este sentido, existen alimentos de consumo cotidiano que aportan pocos o ningún nutriente a nuestro organismo y que tienen un efecto negativo sobre la salud. Sobre ellos vamos a estar hablando en las siguientes semanas.

Hoy es el turno de la sal de mesa o sal refinada. Si bien este producto no contiene calorías en sí, puede ser perjudicial para la salud.

SAL REFINADA:

El sodio (uno de los minerales que forma la sal), es un mineral que participa en importantes funciones de nuestro organismo, tales como la transmisión del impulso nervioso, en la contracción muscular y en el mantenimiento adecuado del balance de los fluidos corporales. Si bien este mineral es necesario para la vida, no goza de buena reputación.

El sodio se encuentra presente de forma natural en los alimentos y en dosis suficientes para que el organismo lo pueda utilizar para cumplir sus funciones básicas. Sin embargo, estamos acostumbrados a agregar sodio en elevadas cantidades en forma de sal refinada a las preparaciones, así como a consumir mucha cantidad de productos industrializados que la contienen en gran proporción.

Por otra parte, la sal común o de mesa que utilizamos hoy en día, poco tiene que ver con la sal que se utilizaba hace más de un siglo. Lo que consumimos hoy con el nombre de sal, es un compuesto de dos elementos: cloruro y sodio, al cual se le añade yodo y flúor. Este producto surge de procesar la sal cristalina o marina, a través de su refinación, en la cual pierde todos los minerales y oligoelementos, convirtiéndose en un producto que poco aporta al organismo. Sin embargo, la sal cristalina en su estado natural, ya sea la que proviene del mar o de las rocas, contiene 84 oligoelementos que están presentes en nuestro organismo y colaboran con diversas funciones.

LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL: UN VILLANO SILENCIOSO.

De todos los riesgos que supone el consumo elevado de sal refinada, la hipertensión y consecuentemente los problemas cardiovasculares son los más prevalentes. La hipertensión arterial es una enfermedad en sí misma, pero además es un factor de riesgo peligroso para otras enfermedades, ya que muchas veces no se manifiesta con síntomas específicos. A partir de la alimentación podemos evitar su desarrollo, así como también sus complicaciones asociadas.

El primer paso para prevenir la hipertensión es disminuir el consumo de sal refinada, pudiendo esta ser reemplazada, de forma moderada, por sal marina o sal del Himalaya, que como ya mencionamos anteriormente no solo aporta sodio, sino un montón de otros oligoelementos indispensables para nuestro organismo.

En el caso de ser hipertenso diagnosticado, no es suficiente reducir el consumo de sal agregada, sino que es necesario eliminarla de la dieta. Se puede optar por otros condimentos que brinden un sabor diferente a la comida. Existen muchas variedades de ellos, lo ideal es jugar con las combinaciones, descubriendo un nuevo mundo de sabores, así como volver a sentir el verdadero gusto de los alimentos, muchas veces perdidos detrás del uso excesivo de la sal. 

¿Qué condimentos podemos elegir? Las hierbas aromáticas como por ejemplo la albahaca, el perejil, orégano, laurel y tomillo son perfectas para realzar el sabor característico de los alimentos sin enmascararlos. Las especias también son una excelente opción: cardamomo, canela, pimienta, nuez moscada, son las encargadas de brindar nuevos sabores a nuestras recetas de siempre. Con creatividad podemos lograr que una alimentación sin sal, nos resulte como una nueva atractiva forma de comer, reconectándonos con sabores que estaban olvidados.

La próxima semana vamos a hablar del azúcar. Otro alimento que es conveniente que eliminemos de la dieta si queremos mejorar nuestra salud y calidad de vida,

Hasta la próxima semana.

Lic. en Nutrición Gimena Machado